
Cachi Britos
El cuarteto detrás de escena
Un viaje íntimo a la música cordobesa; la creatividad y carrera de Cachi Britos, a través de sus propias palabras.
Por Lucía Beas
Cuando era una niña, escuchaba las canciones favoritas de papá cada vez que teníamos un viaje en auto. O los temas favoritos de mi familia cada vez que había un cumpleaños o una situación que requiera de una celebración. En cada ocasión, el ambiente se llenaba de alegría y baile, amor y cariño. Aquella música, se caracterizaba por ser de un solo género, el Cuarteto. De esta forma, afirmo que crecí rodeada de él, rodeada de esa emoción tan característica del género. Me llevó tiempo descubrir, que detrás de cada canción y sentimiento, no sólo había un cantante sino un autor. La persona que crea cada historia que forma el alma de una niña y de su familia. Así, llegué a conocer a Oscar Britos, “Cachi Britos", un nombre que puede no resonar con muchos, pero cuya huella en la música popular es innegable.
A lo largo de este recorrido desentrañar vemos el camino que llevó a este compositor y músico autodidacta desde una juventud sin formación musical hasta convertirse en la mente creativa detrás de numerosos éxitos del cuarteto. Exploraremos sus inicios inesperados, su ascenso en la escena musical, su proceso creativo, las historias detrás de sus éxitos, sus consejos para los jóvenes de la actualidad, entre otras cosas.
DESDE ACORDES SIMPLES HASTA COMPOSICIONES LEGENDARIAS
Nuestra conversación comenzó explorando los primeros años de Cachi Britos, indagando sobre cómo y cuándo despertó su interés por la música. Recordó que no había una influencia familiar directa; más bien, su pasión surgió de manera inesperada. A los siete años, su padre le regaló una guitarra, aunque inicialmente no la utilizó. Fue a los 13 años cuando un amigo y profesor de guitarra le enseñó sus primeros acordes y canciones, como "La Luna Tucumana". Sin embargo, no fue hasta los 17 que volvió a tocar la guitarra, aprendiendo algunos tonos y canciones más de los que ya sabía.
Ya a los 22 años, Cachi comenzó a tomar la música más en serio. Su padre, separado de su madre, se mudó a un barrio en Córdoba, donde Cachi ayudaba con la venta de letreros de acrílico, volviéndose su nuevo oficio. El auge de las mesas de pool en esa época llevó a su padre a fabricar y vender mesas, así como también, a iniciar un negocio de boliche con pool. Esto atrajo a jóvenes del colegio cercano, incluyendo a un joven músico apodado El Negro Chochi, “era de esos negros agrandados con guitarra que le cantaba a las chicas” dijo Cachi recordando. Lo que comenzó en encuentros se volvió una amistad unida por la música. Cachi, de 24 años, y Chochi como su compañero, comenzaron a cantar en la cocina de la casa. “Pero yo ya te digo, sabía dos o tres tonos de la guitarra y nada más. Ya a la segunda canción, me quedaba ronco..” expresó el compositor. Eventualmente, esto llevó, a que se formará su primera orquesta con “algunos del colegio”. Aunque sus habilidades eran rudimentarias, la pasión y el deseo de mejorar lo llevaron a perfeccionarse en el arte musical.
Cachi Britos comentó: “Yo ya había hecho, cuando tenía 17 o 18 años, dos o tres canciones, así melódico”. El hecho de estar en la orquesta, lo llevó a componer más letras. No obstante, a sus 27 años dejó de cantar en la agrupación musical en la que, inmediatamente, lo buscó un músico que había sido parte de la banda “Heraldo Bossio”, para formar parte de una orquesta. Este momento, condujo a Cachi, a componer por primera vez de manera profesional. “Yo empecé como un hobby, nunca le di bola y, sin darme cuenta, empezó a ser un trabajo para mí”, explicó. Fue allí, cuando comenzó a cantar y a compartir sus letras, que terminaron en las manos de la figura más emblemática del cuarteto cordobés, La Mona Jimenez, y de grandes artistas como Walter Olmos, Damian Córdoba, entre otros.
Para su buena fortuna, en la nueva orquesta se encontraba el hermano de Luis Tapia, músico de la Mona Jimenez. Mediante él, Cachi, tuvo la posibilidad de enviar el que vendría ser, su primer tema en ser recibido por un artista cordobés. Esto no era común, ya que los autores generalmente empezaban de abajo.
En 1990, “La Negra Zafada” fue grabado por La Mona, siendo el principio de una exitosa carrera. "Y tengo la suerte de que el primer tema que yo llevo me lo graba La Mona," recordó con satisfacción y orgullo. A partir de ahí, el cuartetero empezó a grabar sus temas regularmente. En ocasiones, una canción o “dos por disco”.
Entre las canciones que escribió Cachi, para Carlos Jiménez se destacan, “La Negra Zafada” en 1990, “Te hace los deberes”, “Acoso Sexual”. Temas que se produjeron con el apogeo del doble sentido. En 1995, se produce un “quiebre” en Cachi Britos, con la producción de su tema “El Marginal”, grabado también por La Mona. “Un día me toca la puerta un amigo mío y cuando le abro me dice Hola Marginal. Me gustó la palabra, la anoté y la guarde” comentó Cachi respondiendo a la pregunta de cómo surge su pieza musical más conocida entre los seguidores del músico de cuarteto.
Luego de su quiebre, escribe más canciones como “Fruta Madura”, “Tira para Adelante”, “Mary la del Burdel” en 1996, entre muchas otras. Particularmente, “Mary la del Burdel”, tiene una historia emotiva. Cachi había quedado desempleado, con 34 años y una hija, aceptó cantar en una whiskería o Burdel. Allí conoce a Mary, una mujer de edad avanzada, que ejercía sus funciones como acompañante. Ella, a menudo le contaba, la dura violencia psicológica y física que padecía. Desde los insultos y el maltrato de sus compañeras jóvenes hacía ella, hasta los golpes que sufría cada vez que subía al vehículo de sus clientes. Esto llevó a Cachi, a darle voz a su historia y convertirla en el himno de todas aquellas mujeres que se sentían identificadas con la canción. “Le digo que voy a hacer un tema de ella y lo empiezo a cantar en la whiskería, antes de que sea grabado por La Mona. Mucha gente iba al lugar a conocer a Mary" contó con emoción.
Asimismo, continuó grabando temas como “El Garronero”, “El Infiel”, “Dos por Uno” en 1997 acerca de la conmutación de pena de los presos, “28 de Diciembre”, “Mirta”, “Carita Tramposa”, “De Corazón a Corazón”, “El Huracán", “A fuego Lento”. Alrededor de 19 temas para La Mona.
En paralelo, llevaba composiciones a otros artistas como Jean Carlos y Trulala en “Sacrificio del Cantor”, “Atrevida”, “El toque en toqué”,etc.
En los años 2000’ surge Walter Olmos, cantante de cuarteto, que en su primer disco, graba uno de los temas más conocidos de Cachi: “Adicto a Ti”. Además de otros tales como “Te lo juro vieja”, “Amor fugitivo” y “Enamorado de ti”.
En 2003, emerge Ulises Buenos con su tema principal “Yo volveré” compuesto, también, por Cachi Britos. Añadido a este, compone “Fondo Blanco”, “Te hacemos la fiesta” y otros más.
En el mismo año, aparece Damian Córdoba. Cachi recuerda su primer encuentro con el cantante: “Cuando me graba Walter Olmos, me invitan a Buenos Aires a un show en vivo. Asisto y en el escenario habían tres personas en el coro, me pareció raro ver a un pibito chico entre ellos. Termina el show, el nene se acerca y me pregunta si soy Cachi Britos. El pibe me dice que cuando cante me va a pedir los temas a mi”. Luego de dos años, él compositor nos cuenta que Damian apareció en su puerta con el objetivo de grabar un tema suyo. Cachi no se encontraba de acuerdo ya que no daba “temas a los que recién empezaban dado que se perdían o no se grababan”. Sin embargo, entrega la pieza musical “Como una Puñalada” siendo la canción principal del primer álbum del cantante. Para Damian, grabó aproximadamente, 35 canciones de las que destacan “Si te Preguntan Por Mi”, “Malvada”, “Querida”, “Me cagaste la vida” y “6 Mujeres”.
Además de estos intérpretes, compuso para Chipote en el año 2005, con el primer disco “Arde y Estalla”.
La gran trayectoria musical de Cachi, compuesta en su mayoría por grandes éxitos, causó en mí una notable curiosidad sobre cómo se sentía al respecto. Ya que no puedo imaginar las emociones que siente una persona al mirar el pasado y encontrarse con enormes victorias.
En cada ocasión que sus éxitos son transmitidos por la televisión o la radio, siente alegría y orgullo. Pero más allá de ello, piensa en sus padres. Recuerda su infancia y lo problemático que era de niño, causando muchas preocupaciones a ambos. Actualmente, se llena de alegría al saber que sus padres pudieron ver algunos de sus “pequeños logros” y como ha podido, de cierta manera, compensar el daño causado en aquellos años. En particular, menciona a su padre, que le daba aviso cada vez que oía sonar sus canciones en la radio. “Hoy que ya no lo tengo, cuando escucho un tema, lo primero que me nace del corazón es como si estuviéramos compartiendo o escuchando la canción juntos”, compartió Cachi.
Su larga lista de canciones interpretadas por grandes artistas, me condujo a preguntarle cual de todas ellas era su favorita. Respondió que su elección no se basaba en la más popular o la que más le gusta a la gente, sino el tema que había logrado ser escrito completamente con pensamientos, aquel que fuera la materialización de todo lo imaginado. “Elegiría Mary la del Burdel ya que, en ese caso, todo lo que pensé lo pude plasmar en papel, y eso es importante para un autor”, contestó el compositor.
Su capacidad de crear éxitos se extendió a lo largo de los años, adaptándose a diferentes estilos y demandas del mercado musical, creando así “himnos” para los cuarteteros.
EL ARTE DE LA COMPOSICIÓN
Con el objetivo de conocer más acerca de sus letras, le pregunté sobre su proceso creativo, en el que se describió a sí mismo como autodidacta y perfeccionista. Nos cuenta que, al momento de componer, comienza con una palabra o frase que utiliza como estribillo, y en base a ello, escribe una historia que origine en el mismo. Cachi explicó: “El estribillo es el correlato que sintetiza la historia, es la consecuencia de lo que se va contando”. Busca que la parte principal de la canción, “pegue” tanto melódicamente como en la letra. De la misma forma, detalla la composición de sus canciones utilizando dos estrofas y un estribillo, en la que se repite la melodía a lo largo de la pieza musical. Procura que sus estrofas, tengan cuatro versos, con una primera oración que rime con la tercera, y una segunda con la cuarta. Aplicando el estilo poesía en sus letras. Explica que sus historias, se narran en tercera persona, como espectador, y poseen un tiempo lineal.
Cachi nos recuerda que antes de comenzar con la letra, piensa en los gustos de los artistas para los que compone con la finalidad de producir temas adecuados que se acoplen a cada uno.
En segundo lugar, busca la música o melodía que posea un ritmo pegadizo. En ella, el estribillo tiene que ser más “fuerte” y con una mayor altura en las notas vocales. Sin embargo si la letra no coincide con la melodía, prefiere “perder” o cambiar la frase para que sirva la música. De esta forma, expresa la importancia de construir canciones que no solo tengan sentido y una historia, sino que también resuenen emocionalmente con el público.
Su experiencia y habilidades me llevaron a preguntarle sobre su método para preparar los temas enviados a artistas. El autor remarcó que su independencia y carácter autodidacta, lo llevó a manejar los instrumentos y equipos necesarios, para poder presentar canciones completas y detalladas. Una vez enviadas, los artistas pueden modificarla si algo no les agrada. Sin embargo, para Cachi, sus temas son grabados y aceptados sin sufrir modificaciones.
Su respuesta, hizo que le preguntara si no sentía nostalgia al comercializar sus propias canciones a otros artistas, él explicó que en el rubro musical está estipulado que el autor ceda un porcentaje del tema al intérprete. Mencionó que casi siempre sucede así, cuando no debería ser el caso porque el autor es quien escribe y produce la canción. Sin embargo, “ uno tiene que adaptarse a las reglas”.
Cachi señaló que, generalmente, se llega a un acuerdo con el intérprete sobre un porcentaje. Aun así, el negociar que la canción pase a ser completamente de otro, no es una opción para el autor. Dijo que se sentiría traicionado a sí mismo si lo hiciera y que no se permitiría crear una canción para venderla. "La canción es mía y así lo siento, no la vendería", afirmó de forma decisiva.
TRANSMITIENDO UN LEGADO MUSICAL
Al conocer a Cachi en su entorno más íntimo, su hogar y su familia, me surgió preguntarle acerca de cómo conoció a su pareja y construyó una familia donde la música está presente en todos los aspectos.
El compositor nos mencionó que luego de trabajar en bares, conoció a su mujer y comenzaron a cantar en casinos, fiestas privadas, confiterías y cumpleaños durante un tiempo que culminó hace cinco años. Cachi nos expresaba el orgullo que tenía en el talento de su pareja y en la forma que cantaban juntos. “Toda la vida vivimos de la música, sin pensar que íbamos a vivir de eso porque era un hobbie y nos dio de comer hasta hoy” comentó con entusiasmo el autor.
Ellos tuvieron la suerte de grabar canciones y que sean recibidas por la radio. Incluso tuvieron la oportunidad de presentarlas a una compañía discográfica, participaron en programas y anuncios como la publicidad popular del Supermercado Mariano Max, manteniéndose en el margen de la escena artística sin ser reconocidos. A pesar de ello, continuaron trabajando en la industria y creciendo como artistas.
En el ámbito familiar y laboral, la música juega un papel significativo para Cachi. Su trabajo en la música no sigue horarios fijos, prefiere componer en horarios nocturnos; lo que le permite trabajar sin interferir en su vida familiar.
Observa que todos en su familia comparten una pasión por la música, siendo todos cantantes. Aunque desea que sus hijos se involucren más en la música como un “hobby”, reconoce que su propia conexión con ella puede parecer algo forzada en comparación con el talento natural e “innato”de su esposa y su hija. Sin embargo, la música se ha convertido en un vínculo que disfrutan compartir en familia, cantando juntos en ocasiones.
SABIDURÍA DE UN EXPERTO
Finalmente, le pregunté qué recomendaciones ofrecería a los jóvenes que desean adentrarse en el mundo de la Música y la Composición. En respuesta, Cachi Britos recordó sus inicios en la escritura y lo dificultoso que fue el registrar sus letras debido a la falta de tecnología de aquellos tiempos. “La tecnología, el celular, tiene una grabadora y notas, que en su momento no tenía. Esto hizo que perdiera muchas canciones. Tenía momentos de inspiración espontáneos, que por no tener donde registrarlo, perdía la letra o melodía”, mencionó Cachi. El autor musical sostiene que, actualmente, la composición es más fácil debido al mayor volumen de herramientas artísticas, como programas o softwares que facilitan el proceso creativo. Permitiendo, también, un acceso cada vez más público al mundo del arte musical. Menciona que los jóvenes poseemos la tecnología para poder lograr nuestros objetivos musicales, con éxito a una edad temprana.
Además de nuestra ventaja tecnológica, Cachi nos recomienda un elemento importante en la música: La Perseverancia. Siendo el que nos impulsa a persistir a pesar de las dificultades, a mantener un esfuerzo firme y constante hacia la meta deseada sin dejarse vencer por los obstáculos. Es una cualidad que funciona como combustible en todas aquellas personas que poseen un objetivo clave en sus vidas.
Esta perseverancia produce un pensamiento qué lleva a perfeccionarse continuamente para así, estar preparado ante cualquier oportunidad. “Si vos cantas y no te perfeccionas, o no estás preparado, lo perdiste. Tienes que estar en el momento justo y preparado” destaca Cachi. Menciona que la experiencia, es fundamental para perfeccionarse y estar listo para cuando surja una circunstancia adecuada.
Por último, Cachi Britos señala que prepararse y tener la capacidad son importantes, pero también destaca el valor de trabajar ese “timbre” que produce un efecto en la gente. Hace hincapié en que hay cantantes que, aunque no sean perfectos, poseen el “carisma” particular que impacta en el público, por ejemplo La Mona Jiménez.
FINALIZANDO NUESTRO ENCUENTRO
Mientras me despedía de Cachi Britos, llegue a la conclusión de que representa a tantos artistas que, aunque no son nombres familiares, han dejado una marca importante en la música, un legado indeleble. Siendo los arquitectos que construyen los recuerdos que persisten a lo largo de nuestras vidas.
No pude evitar sentir un profundo respeto por su trayectoria. Siendo un claro ejemplo de cómo la pasión y dedicación pueden convertir un hobby en una carrera con impacto musical. Su historia es un recordatorio de que los grandes éxitos no siempre vienen de los focos de atención, sino de la perseverancia y la creatividad, de quienes están detrás de escena, creando la música que define y marca nuestras vidas.

